“No es contra el Movimiento Semilla. Es contra Guatemala”

Movimiento Semilla: “Estamos ante un golpe de Estado absurdo, ridículo, y perverso”

Declaración:

Los golpistas están dando patadas de ahogado. Los últimos pasos tambaleantes de un golpe de Estado. Un golpe que no es contra Bernardo Arévalo y Karin Herrera. No es contra el Movimiento Semilla. Es contra Guatemala.

Hoy, el grupo golpista que ocupa el Ministerio Público ha dejado muy claras las intenciones de las acciones ilegales que han llevado a cabo el último año. Empezaron con la represión para anular la libertad de expresarnos y de disentir frente al poder.

Siguieron con la persecución de la organización social y política. Están ejerciendo presión y extorsión contra todo funcionario que se oponga a seguir sus instrucciones ilegales.

El ataque y las acusaciones absurdas y espurias hacia el partido Movimiento Semilla carecen de todo fundamento. Su objetivo es negar la posibilidad de gobernabilidad que da una bancada en el Congreso de la República. Saben que el mandato para el cambio que el pueblo de Guatemala dio en la urnas necesita de la presencia de la bancada del Movimiento Semilla en el Congreso, y por eso quieren cancelarlo ilegalmente.

Y ahora embisten contra las elecciones de alcaldes y diputados de los distintos partidos, que es un golpe al corazón de nuestra democracia.

Los golpistas —Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Ángel Pineda y sus compinches— intentan destruir el régimen democrático y acabar con el derecho básico de las y los guatemaltecos a vivir en libertad, a escoger a las personas que deben gobernar, y a removerlas de sus cargos por medio del voto en elecciones libres.

Guatemalteca, Guatemalteco: Quieren invalidar tu voto. El voto que hiciste con fe, con esperanza, y en libertad.

Los votos de todas las personas que participaron en las elecciones del 25 de junio y del 20 de agosto fueron contados de forma limpia, transparente y pronta.

En prácticamente todas las mesas de votación el conteo fue vigilado por fiscales de los distintos partidos políticos. Observadores del sector privado, de la sociedad civil y de la comunidad internacional dan fe de la certeza del escrutinio. El pueblo celebró en las calles su propio triunfo contra los corruptos. Los resultados han sido certificados y oficializados por el Tribunal Supremo Electoral. Son definitivos e inalterables. Hemos ganado las elecciones.

Estos corruptos, estos autoritarios, intentaron interferir en el ejercicio libre del voto mediante la exclusión arbitraria de candidatos, la mentira y la desinformación. Pero el pueblo de Guatemala respondió contundentemente, armado de convicción y esperanza, para confirmar que ha llegado el fin de la dictadura de la corrupción y la impunidad.

En su afán de enfrentarse al pueblo de Guatemala, los golpistas han cometido ilegalidades y abusos. Han tomado medidas desesperadas, absurdas y ridículas.

Pretenden igualar partidos y movimientos sociales con organizaciones de secuestradores y narcos. Argumentan fraude electoral por diferencias de forma en el diseño de las actas que llenan los ciudadanos en las juntas receptoras de votos. Pretenden que confiemos en lo que dicen cuando entraron a la fuerza en el Tribunal Supremo Electoral a robar las actas, sin ofrecer ninguna garantía de que no serían alteradas.

En fin, un golpe de Estado absurdo, ridículo y perverso. 

Si bien la mediocre telenovela que ha montado un grupo de fiscales es motivo de risa por sus ridículos argumentos, el intento de golpe es real y nos ha traído a un momento crucial para la historia de nuestro país, en el que debemos dejar clarísimo dónde estamos parados.

¿Estamos del lado de quienes atentan contra la voluntad popular, protegen la corrupción y se burlan del pueblo de Guatemala? O del lado de quienes quieren que prevalezca la democracia y que iniciemos una transformación para alcanzar un país más justo. ¿Somos golpistas o somos democráticos? Quiero remarcar que en este lado, el de la nueva primavera, en el de la esperanza, cabemos todas y todos, excepto, los corruptos, los violentos y los autoritarios.

Defendamos lo que el pueblo expresó en las urnas, defendamos a los miles que formaron parte de las juntas receptoras de votos y fundamentalmente defendamos el futuro de Guatemala.

Reconocemos el valiente actuar de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral en la defensa del proceso electoral y de la voluntad popular.

Exhortamos a la Corte Suprema de Justicia y a la Corte de Constitucionalidad a que asuman el rol que les corresponde en la defensa de la democracia y estado de derecho y detengan las artimañas ilegales de este grupo de golpistas atrincherado en el Ministerio Público.

Mujeres y hombres de bien, jóvenes, estudiantes, pueblos originarios, empresarios, diputados y alcaldes electos. Seamos claros y contundentes, es momento de defender enérgicamente nuestra voz y la posibilidad de construir un país distinto. Nadie puede interponerse entre el pueblo de Guatemala y su primavera. Hemos ganado las elecciones y tomaremos posesión el 14 d e enero.

El futuro ya es nuestro. Solo nos queda defenderlo.

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