El primero de mayo dejó de ser un día reivindicativo, por lo menos en Guatemala, y se convirtió en un día de asueto, de feriado o de descanso, menos de lucha, lamentablemente.
Los estragos de la guerra contrainsurgente en contra de las organizaciones populares, incluyendo sindicatos y ligas campesinas, ha cobrado factura. Pero después de las derrotas sufridas por los movimientos sociales, llegó el pensamiento único que cambió la mente de los obreros y campesinos, de la gente de bien, intentando eliminar todo vestigio de la lucha de clases en la mente de los trabajadores.
Por eso suceden cosas extrañas, veamos:
El mayor sindicato de maestros, dirigidos por Joviel Acevedo, en lugar de marchar el primero de mayo junto a la clase trabajadora del país y del mundo, ahora convoca para el día dos a una marcha en defensa del orden corrupto que aún prevalece, lo que demuestra el nivel de cooptación de la dirigencia sindical que durante más de 15 años ha sido participe de la mayor cooptación del magisterio en la historia del país.
Otro ejemplo, la dirección administrativa de la universidad de San Carlos, pretendió cambiar las fechas del primero de mayo y otorgar día de asueto el lunes 29 de abril, atendiendo al fomento del turismo nacional y pretendiendo que el día primero de mayo fuera un día laboral como cualquier otro. Tuvo que ser un tribunal que impidió semejante aberración. En su circular interna se explica a los “colaboradores” dicho cambio y termina enviando “bendiciones” en su “día de descanso”.
Con mayor descaro están los sindicatos que se forman con el único objetivo de proteger a sus dirigentes dentro del ámbito estatal para luego pactar con los funcionarios de turno prebendas inusitadas, con el fin de mantener la “gobernabilidad” del sistema que les da vida y los mantiene bajo las ordenes del corrupto del turno.
La precariedad laboral es la norma, los trabajadores por cuenta propia son emprendedores, los proletarios dejaron de existir producto de viejas y obsoletas ideas comunistas, ahora solo existen consumidores, clientes, usuarios y a veces, ciudadanos.
En consecuencia, existe mucha dificultad para relacionar este día con la lucha política, con la aspiración de un futuro mejor para los trabajadores y en general para todos/as. Y eso es producto del proyecto lingüístico neoliberal, en donde el lenguaje juega un papel fundamental para reproducir el capitalismo global, tanto como mecanismo ideológico de dominación, como dispositivo de control y disciplina de la población en su conjunto.
Las estructuras simbólicas juegan un papel fundamental en la dominación laboral, el uso de ciertos lenguajes permite redefinir los sentidos colectivos y afecta los procesos comunicativos. El reiterativo apelativo de “la milla extra” esconde la explotación laboral, el insistente y perverso uso del “colaborador”, “asociado” y “emprendedor” provoca una distorsión de la realidad que solo favorece la lógica de la acumulación capitalista.
En aquel dicho, “los pobres son pobres porque quieren”, hábilmente se esconde la narrativa laboral, sus luchas reivindicativas y sus anhelos por ser participe de la historia a través de la lucha de clases. Por eso, este primero de mayo tan atípico, con un gobierno social demócrata en el poder, debemos reivindicar el 1º de Mayo como el “Día Internacional de la Clase Trabajadora”, resaltando su dimensión de lucha mundial contra el capitalismo global.
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